miércoles, 13 de octubre de 2010

Historia del Travestismo y el Estilo Drag Queen (I Parte)

Historia del Travestismo y el Estilo Drag Queen (I Parte)

El travestismo es quizá la subcultura homosexual con evidencias históricas más antiguas. A través de la historia, el travestismo ha evolucionado para convertirse en una de las manifestaciones artísticas, sociales y de militancia política más fuertes e importantes en la comunidad LGBT, desde el teatro griego, pasando por la revuelta de Stonewall, hasta la actualidad.

Debemos empezar aclarando la diferencia entre el travestismo y el transformismo. El travestismo es la adopción de vestimentas y actitudes convencionalmente atribuidas y utilizadas por el sexo opuesto. Por su parte, el transformismo consiste en la definición anterior pero agregando que lo anterior se hace por motivos artísticos. Para aclarar, un transformista es un travesti, pero un travesti no es necesariamente un transformista.

De esta manera, las primeras manifestaciones de travestismo estuvieron a cargo de transformistas de la Antigua Grecia. En el teatro griego las mujeres no estaban permitidas, por lo tanto, los personajes femeninos de las obras de teatro eran interpretados por hombres. Dichos hombres no eran necesariamente homosexuales, aunque no podemos decir que no lo fueran, ya que en la antigua cultura griega la homosexualidad y la bisexualidad eran socialmente aceptadas y ampliamente practicadas. Los actores que representaban personajes femeninos usaban máscaras e indumentaria adecuada para interpretar a las diosas, musas, heroínas e incluso a personajes ya travestidos en la obra. Por ejemplo, en la mitología circulaba la historia de Hércules, quien fue obligado por la reina Onalfa de Libia a vestirse de mujer. Asimismo, en la obra de Eurípides Las Bacantes, Penteo, rey de Tebas, se trasviste para espiar a su madre. Los romanos continuaron con la tradición teatral griega durante los siglos siguientes.

Durante la Edad Media, el dominio de la iglesia católica en amplios aspectos de la vida social causó estragos en la tradición grecorromana. La Iglesia prohibió el teatro griego y satanizó a los hombres que se atrevieron a usar ropas femeninas. Esta tradición cristiana continuó en el mundo occidental durante mucho tiempo, y para nadie es un secreto que incluso hoy muchas personas usan este criterio medieval cristiano para rechazar las conductas sexuales o sociales no comprendidas dentro de lo que ellos consideran aceptable.

La tradición teatral y el travestismo también tuvieron auge en Japón. En el siglo XVII se prohibió la actuación de mujeres dentro del teatro, por lo que allí también los papeles femeninos estuvieron a cargo de hombres. Los japoneses se tomaron el arte del travestismo en serio, pues los artistas que interpretaban papeles de mujer eran entrenados desde temprana edad, y debían saber imitar bien el arquetipo femenino. Aún después de que se levantó la prohibición de mujeres en el teatro, esta tradición transformista continuó siendo desarrollada, y se conoce como arte onnagata.

(Continuará).

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